Muchas investigaciones destacan que ya desde el Neolítico el
hombre buscó la forma de conservar los alimentos para las épocas de carestía,
sobre todo en el invierno. Para ello se utilizaron diferentes métodos, siendo
uno de los más habituales la deshidratación y el secado. Estas técnicas fueron
usadas por casi todas las culturas en todas las épocas y partes del mundo.
La carne siempre fue uno de los productos sobre los que más
se trabajó para su conservación a través del proceso de deshidratación. Las
técnicas más comunes eran el secado al sol, al aire o al viento, a las que más
tarde se le añadirían procesos como el salado y el ahumado. También se
empezaron a incorporar especias y condimentos que mejoraban el sabor. Incluso, en las distintas técnicas utilizadas, se descubrió que el enmohecimiento de la
carne no alteraba en absoluto su calidad.
En la actualidad la carne seca, los chacinados y los jamones
siguen formando parte importante de la gastronomía de todo el mundo. Y gracias
al uso de la tecnología, los conservantes artificiales (algunos como el nitrato
ya usado por los egipcios) y la refrigeración se han mejorado estas tradiciones
tan antiguas.
Las nuevas tecnologías como los equipos de secado de Automatik Secaderos, permiten controlar la temperatura y la humedad para el curado de las carnes, y podemos seguir disfrutando de chacinados y jamones como lo hacían nuestros antepasados, en cualquier época del año.
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